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Noticias, actividades y comentarios de la iglesia Presbiteriana Libre Palabra de Vida en Santo Domingo, República Dominicana
martes, 21 de abril de 2020
domingo, 12 de abril de 2020
Les invitamos a que nos acompañen al culto virtual de nuestra iglesia.... Iniciamos a las 10:45 a.m. https://youtu.be/AYXW9Dyc15Q
lunes, 23 de diciembre de 2019
Teología de la adoración
La primacía y la importancia de la adoración
Solo Dios es digno de adoración y se deleita en su propia gloria, y así crea, busca, salva y ordena a su pueblo que lo adore. Aunque la vida entera de los creyentes debe caracterizarse por el servicio espiritual de adoración, Dios está presente y bendice a su pueblo de una manera especial en la adoración corporativa. Nuestro mayor deber y deleite es adorar al Dios trino en la belleza de la santidad (1 Crón. 16:29; Sal. 29: 2; 96: 9).
Liturgia
"Liturgia" es el nombre dado a lo que se acostumbra hacer en la adoración pública; es decir, cómo se adora regularmente a Dios. Una liturgia bíblica demuestra que el pueblo de Dios es su posesión más preciada, llamado y separado del mundo para estar reunido en la presencia del santo de los santos. Nuestra liturgia está diseñada para reflejar la adoración histórica y clásica en la tradición reformada. Nos esforzamos por la decencia, el orden y la excelencia en cada parte de nuestra liturgia para reflejar la belleza, la santidad y la majestad de Dios. Aunque la Escritura no prescribe una liturgia específica, revela su contenido y forma, que incluye la lectura y la predicación de la Palabra de Dios; oración; salmos, himnos y canciones espirituales; confesión; ofrendas sacramentos y la bendición Estos elementos están diseñados según el Pacto de Gracia, en el que Dios inicia la adoración, revela su voluntad y misericordiosamente trabaja a través de su Palabra. En consecuencia, el pueblo de Dios responde con humildad, reverencia y valentía invocandolo a Él con fe, ofreciéndole con agradecimiento, acción de gracias y alabanza, dando a Dios lo que ha recibido de su mano amable. Una liturgia bíblica manifiesta la obra salvadora de Dios entre su pueblo. Tal patrón dialógico se cumple en Cristo, a través de quien tenemos acceso al Padre y recibimos Sus bendiciones.
Adoración reformada centrada en la palabra
Dado que la adoración es de suma importancia, debe ser protegida por ministros ordenados encargados de proteger el Evangelio, dirigir la adoración y capacitar a los que están bajo su cuidado para ofrecer una adoración aceptable, en espíritu y verdad. Nos adherimos al principio de Sola Scriptura (solo por las Escrituras). Dios ordena ser adorado solo de acuerdo con su voluntad revelada, no de acuerdo con las preferencias personales y las modas culturales. El contenido mismo de la Palabra de Dios también debe ocupar un lugar destacado dentro de prácticamente todos los elementos litúrgicos. El púlpito está a la vista de todos, para comunicar la centralidad y la importancia de la Palabra de Dios.
Medios ordinarios de gracia
Dios establece soberanamente y aumenta la fe a través de los medios que EL ha ordenados, a menudo llamados medios ordinarios de gracia, que son vitales para el alimento y el crecimiento espiritual de los creyentes. Por lo tanto, se ordena al pueblo de Dios que participe regularmente en la adoración corporativa del Día del Señor, en dependencia del Espíritu de Dios, que aplica los beneficios de Cristo a través de Su Palabra y sacramentos. Por lo tanto, practicamos la predicación expositiva sistemática de la Palabra de Dios, reconocemos la oración hablada y cantada como el principal medio de gratitud y alabanza a Dios, y administramos los sacramentos del bautismo y la Cena del Señor. Celebramos la Cena del Señor el primer domingo por la mañana y el tercer domingo por la noche de cada mes. Como tal, somos una iglesia gobernada por los medios ordinarios de gracia.
viernes, 15 de noviembre de 2019
El Dia del Señor y Los Padres de la Iglesia
Por Álex Figueroa F.
Hay quienes sostienen hoy en día que la práctica de la adoración dominical, tan extendida entre las iglesias, fue instituída por Constantino en el año 325 de nuestra era, con el objeto de hacer el cristianismo más amigable a las culturas paganas que componían en Imperio Romano, ya que el día domingo se celebraba al sol como deidad. Si siguiéramos esta línea de pensamiento, nos veríamos forzados a admitir que la adoración dominical constituye una transgresión flagrante a las Escrituras y una violación de la ley de Dios.
Sin embargo, ¿Es cierto que fue Constantino quien instituyó el descanso y la adoración el día domingo? La evidencia literaria de los llamados «padres de la iglesia» nos lleva en sentido contrario. Sus escritos confirman que esta práctica traza sus orígenes al siglo I, es decir, el nacimiento mismo de la cristiandad.
Pese a que los escritos patrísticos no son regla de fe para quienes profesamos la fe bíblica, constituyen un antecedente histórico importante -y podríamos decir concluyente- que nos permite constatar que la adoración dominical fue instituida por Cristo mismo a través de sus Apóstoles.
Revisemos algunas de sus afirmaciones, teniendo en cuenta el año en que probablemente se hicieron, así como su lugar de procedencia, que nos habla de la extensión geográfica de esta creencia:
Justino Mártir (100-165 d.C., Flavia Neápolis, antigua Siquem, Cisjordania): “Y en el día llamado Domingo, todos quienes viven en las ciudades o en el campo se reúnen en un lugar, y se leen las memorias de los apóstoles o los escritos de los profetas, tanto como el tiempo lo permita; entonces, cuando el orador ha terminado, quien preside instruye y exhorta verbalmente a imitar estas cosas buenas. Luego nos levantamos todos juntos y oramos, y, como dijimos antes, cuando nuestra oración ha acabado, son traídos el pan, el vino y el agua, y el presidente ofrece oraciones y acciones de gracias de acuerdo a su capacidad, a lo que el pueblo asiente diciendo “Amén”. Luego se distribuye a cada uno, y se reparte algo de lo que fue objeto de acción de gracias, y los diáconos hacen llegar una porción a quienes estuvieron ausentes. Y aquellos que poseen alguna cosa y están dispuestos, dan lo que estiman conveniente, y lo que se recolecta es depositado con el presidente, quien socorre a los huérfanos, a las viudas, y a quienes están en necesidad, ya sea por enfermedad o cualquier otra causa, y aquellos que están en cadenas, así como a los extranjeros que residen entre nosotros, teniendo cuidado de todos quienes se encuentran en necesidad.
Pero el Domingo es el día en el que todos nosotros hacemos nuestra común reunión, porque es el primer día, el día en que Dios, habiendo forjado un cambio en la oscuridad y las cosas, hizo el mundo; y el mismo día en que nuestro Salvador Cristo Jesús se levantó de la muerte” (Primera Apología de Justino, Cap. 67).
Ignacio de Antioquía (ca. 117 d.C.): “Permitid a cada amigo de Cristo guardar el Día del Señor como un festival, el día de la resurrección, principal y rey de todos los días (de la semana)” (Carta a los Magnesios, Cap. IX).
“Al amanecer del Día del Señor Él se levantó de la muerte, conforme a lo que Él mismo pronunció: “como estuvo Jonás en el vientre del monstruo marino tres días y tres noches, así estará el Hijo del Hombre tres días y tres noches en el corazón de la tierra.” El día de la preparación, entonces, comprende la pasión; el Sabbat acapara el sepultamiento; el Día del Señor contiene la resurrección” (Carta a los Tralianos, Cap. IX).
Bernabé (ca. 100 d. C.): “Por último, les dice: Vuestros novilunios y vuestros sábados no los aguanto. Mirad cómo dice: No me son aceptos vuestros sábados desde ahora, sino el que yo he hecho, aquél en que, haciendo descansar todas las cosas, haré el principio de un día octavo, es decir, el principio de otro mundo. Por eso justamente nosotros celebramos también el día octavo [el domingo] con regocijo, por ser día en que Jesús resucitó de entre los muertos y, después de manifestado, subió a los cielos” (Epístola de Bernabé, XV, 8).
Orígenes (Alejandría, 185 – Tiro o Cesarea Marítima, 254): “En domingo, no se debe hacer ninguna de las obras del mundo. Absténganse de todas los trabajos de este mundo y guárdense libres para las cosas espirituales, vayan a la iglesia, escuchen las lecturas y las predicaciones, mediten en las cosas celestiales” (Homil. 23 sobre Números 4, PG 12:749).
Cipriano de Cártago (ca. 258): “El octavo día, que es, el primer día después del Sabbath, y el día del Señor” (Epístola 58, sección 4).
Didaché (ca. 70-100): “Los días del Señor reuníos para la partición del pan y la acción de gracias, después de haber confesado vuestros pecados, para que sea puro vuestro sacrificio” (XIV, v. 1).
Tertuliano (ca. 160-220, Cartago): “Nosotros nos alegramos el domingo espiritualmente, no por el culto, o veneración del Sol, sino por fines más altos. Los gentiles en Sábado celebran sus fiestas a Saturno, diferenciándose mucho del rito judaico que ignoran, que en los Judíos el ocio del Sábado es misterio: en los gentiles soltura para ocuparse en todo género de lascivias. Nosotros en todo nos diferenciamos de todos; porque el día después del Sábado es nuestra fiesta, y el rito es honesto y sobrio” (Apología de Quinto Septimio Florente Tertuliano, Presbítero de Cártago, Contra los Gentiles, en Defensa de los Cristianos, cap. XVI).
Clemente de Alejandría (ca. 150-211): “Un verdadero cristiano, de acuerdo con lo ordenado en el evangelio, observa el dia del Señor echando fuera todos los malos pensamientos y dedicándose a todo lo bueno, honrando la resurrección del Señor, la cual tomó lugar en ese día” (Stromata, L. VII, XII.76.4).
Atanasio de Alejandría (ca. 296-373): “El Sabbath fue el fin de la primera creación, y el día del Señor el comienzo de la segunda, en la cual renovó y restauró lo antiguo de la misma forma que prescribió que debían anteriormente observar el Sabbath como memorial del fin de las primeras cosas, así nosotros honramos el día del Señor como memorial de la nueva creación” (Sobre el Sábado y la Circuncisión III).
Eusebio de Cesarea (ca. 275-339): “[El grupo herético de los ebionitas] Guardaban el sábado y toda la conducta judaica, pero el domingo observaban prácticas parecidas a las nuestras en memoria de la resurrección del Salvador” (Historia de la Iglesia, XXVII, 5).
Concilio de Laodicea (ca. 363-364, Anatolia): “Los cristianos no han de judaizarse y no deben estar inactivos en el Sabbath, sino que deben trabajar ese día. Deben, sin embargo, reverenciar particularmente el día del Señor, y, si es posible, no trabajar en él, porque son cristianos” (Canon XXIX).
Toda la evidencia anterior lleva al historiador suizo Philip Schaff a concluir: “La celebración del día del Señor en memoria de la resurrección de Cristo, data indudablemente de la era apostólica. Nada menos que el precedente apostólico puede explicar la observancia religiosa universal en las iglesias del segundo siglo. No hay una sola voz de disensión”.
“La observancia universal y no contradicha del domingo en el segundo siglo sólo puede ser explicada por el hecho de que esta tiene su raíz en la práctica apostólica” (Vol. 1; pg. 478-479).
Soli Deo Gloria
sábado, 3 de agosto de 2019
Espero que sean
de utilidad para el Pueblo de Dios estos trece (13) artículos de fe
explicativos y argumentativos que fueron escritos por el pastor Sugel Michelén
el quince (15) de mayo de 2011. En ellos se expresa de manera sencilla lo que creemos
sobre el día de reposo.
1.
El hombre creado a imagen y semejanza de Dios tiene el deber de imitarle, y
nuestro Dios estableció en Su obra creadora un patrón de 6 días de trabajo y 1
día de reposo (en el 4to mandamiento del Decálogo Dios mismo hace esa conexión
entre Su ejemplo y nuestro deber; comp. Ex. 20:8-11).
2. Al finalizar Su creación Dios bendijo el 7mo día y lo
santificó, dice en Gn. 2:1-3. De manera que el día de reposo no fue instituido
por Dios en el Sinaí, ni fue diseñado exclusivamente para el pueblo de Israel.
Se trata de una ordenanza de la creación, como el matrimonio y el trabajo,
establecido por Dios para beneficio del hombre, como dice el Señor en Mr. 2:27.
3.- El día de reposo suple dos necesidades básicas del hombre:
la necesidad que tenemos de darle reposo a nuestros cuerpos y la de tener
comunión con Dios sin los impedimentos propios de una vida de trabajo en el
resto de la semana. Por lo tanto, se trata de una bendición y un privilegio, no
de una camisa de fuerza de la que sería mejor librarse.
4. El día de reposo fue incluido en los Diez Mandamientos, el
resumen de la ley moral de Dios, escritos en dos tablas de piedras por el mismo
Dios. Esos Diez Mandamientos poseen una importancia singular en el conjunto de
las leyes mosaicas.
5. Pablo enseña en Rom. 2:14-15 que aún los gentiles que no
conocen la Palabra de Dios tienen la obra de esa ley moral escrita en sus
conciencias. Por lo tanto, esa ley moral sigue siendo el estándar divino para
juzgar lo que es pecado y lo que no lo es (comp. Rom. 3:20; 4:15; 7:7; 1Jn.
3:4). Si esa ley moral ya no estuviera vigente estos textos no tendrían ningún
sentido.
6. Una de las bendiciones centrales que Dios promete en el Nuevo
Pacto es escribir Su ley en nuestros corazones (Jer. 31:31-34). En otras
palabras, Dios no prometió anular los Diez Mandamientos, sino darnos la
capacidad de apreciarlos y obedecerlos. Y en ningún lugar del Antiguo o del NT
se plantea la posibilidad de reducir los 10 mandamientos a 9.
7. Nuestro Señor Jesucristo dijo expresamente en Mt. 5:17-20 que
Él no vino a abrogar la ley y los profetas. Esta expresión “la ley y los profetas” señala todo
el AT. De manera que el Señor está estableciendo claramente que Él no vino a
anular, sino a cumplir, las enseñanzas de todo el AT. Ahora bien ¿qué significa
eso? Varias cosas. Como bien señala Robert Martin, eso quiere decir que Cristo
vino a obedecer perfectamente la ley moral de Dios, a sufrir la maldición de su
desobediencia en lugar de Su pueblo, a cumplir todos los tipos y ceremonias de
la ley ceremonial, a establecer el reino hacia el cual las leyes civiles
apuntaban y a cumplir todas las profecías que se hicieron en cuanto a Él. Pero
ahora noten algo importante. A partir del vers. 18 el Señor dice explícitamente
que los súbditos de Su reino debían tomar muy en serio las demandas éticas de
esa ley (vers. 18-20). ¿Qué implica eso en lo relativo a los Diez Mandamientos?
El Señor Jesucristo es sumamente claro al respecto en los vers. 21-22, 27-28.
Cristo no vino a anular esos mandamientos, sino a enseñar a los Suyos el
verdadero alcance de cada uno de ellos. Alguien puede decir que el Señor no
mencionó aquí el 4to mandamiento, pero tampoco mencionó el 1ero, el 2do, el
3ro, el 5to, el 8vo, el 9no y el 10mo. Él escogió 2 de los 10 para mostrar el
verdadero alcance de los mandamientos de la ley moral de Dios.
8. Durante Su ministerio terrenal nuestro Señor Jesucristo se
ocupó del cuarto mandamiento concerniente al día de reposo más que de ningún
otro mandamiento del Decálogo. En vez de anularlo, el Señor purificó esta
ordenanza de todas las ataduras impuestas por los escribas y fariseos, y que
hacían de ese día una carga difícil de sobrellevar.
9. El NT enseña que los Diez Mandamientos conforman una unidad
inquebrantable (Sant. 2:8-11); de manera que no se puede anular uno de los
mandamientos sin afectar el resto. Para explotar un globo no hay que pincharlo
por varias partes al mismo tiempo. Basta con que se le pinche por un solo lado
para explotarlo. Pues el Decálogo es como un globo; cualquier mandato que se
viole, violenta el globo completo.
10. Pablo enseña claramente que la ley moral de Dios resumida en
los 10 Mandamientos sigue siendo la norma de vida para los creyentes del nuevo
pacto (comp. Rom. 7:7, 12, 14 – es espiritual en el sentido de que tiene un
origen y carácter divino, 1Cor. 2:13, y en el sentido de que regula nuestra
conducta interna, no únicamente nuestra apariencia externa; 18, 21 – 8:4).
11. El patrón establecido por Dios para Su pueblo en el NT sigue
la misma frecuencia de reunión que la de Su pueblo en el Antiguo: una vez a la
semana.
12. La obra redentora de Cristo no anula la necesidad que
tenemos de darle reposo a nuestros cuerpos una vez a la semana, y de ocuparnos
de nuestra relación con Dios de una manera especial, sin los impedimentos
propios del resto de la semana. Hasta que lleguemos al cielo necesitaremos un
día de reposo.
13. En Ap. 1:10 el apóstol Juan se refiere a un día de la semana
como “el día del Señor”; y es
generalmente aceptado que Juan se está refiriendo allí al domingo, el día en el
que la iglesia acostumbraba congregarse para celebrar la resurrección de
nuestro Señor Jesucristo.
jueves, 13 de junio de 2019
miércoles, 15 de mayo de 2019
martes, 17 de julio de 2018
El Día del Señor!
El
Día del Señor
La Confesión de Westminster
Capítulo 21 Sección 7
7. Así como es ley de la naturaleza que, en
general, una proporción debida de tiempo se dedique a la adoración de Dios, así
también en su Palabra, por un mandamiento positivo, moral y perpetuo que obliga
a todos los hombres en todos los tiempos, Dios ha señalado particularmente un
día de cada siete, para que sea guardado como un reposo santo para Él;34
y desde el principio del mundo hasta la resurrección de Cristo, este día fue el
último de la semana; y desde la resurrección de Cristo fue cambiado al primer
día de la semana,35 que en las Escrituras recibe el nombre de “día
del Señor”36 y debe ser perpetuado hasta el fin del mundo como el
día del reposo cristiano.37
34 Éxodo 20:8, 10-11; Isaías 56:2, 4, 6-7
35 Génesis 2:2-3; 1 Corintios 16:1-2; Hechos 20:7
36 Apocalipsis 1:10
37 Éxodo 20:8, 10; Mateo 5:17-18
Vamos
a estudiar los principios de esta parte de la confesión, pero, como siempre,
les exhorto a ustedes estudiar esto durante la semana- pueden leer las citas
que están aquí como parte de la declaración, para ver que lo que dice la
confesión se basa completamente en la Biblia.
Los principios bíblicos de este día
Ø Del
Antiguo Testamento
Éxodo
20:8-10 [Éxodo
20:8-10 NBLH “Acuérdate del día de reposo para santificarlo. (9)
"Seis días trabajarás y harás toda tu obra, (10) pero el séptimo
día es día de reposo para el SEÑOR tu Dios. No harás en él trabajo alguno, tú,
ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu sierva, ni tu ganado, ni el
extranjero que está contigo.]- este mandamiento era y es parte de la
ley moral de Dios, no parte de la ley ceremonial ni civil. Estudiamos la diferencia un poco hace varias
semanas atrás, de que no necesitamos obedecer de la ley ceremonial ni civil,
aunque hay principios que debemos seguir. Pero la ley
moral de Dios es una reflexión de Su carácter, Su ser, y por eso es algo que
debe ser obedecido en todo tiempo.
Y
podemos ver que el principio aquí no es nuevo en los diez mandamientos- es una
verdad establecida en la creación- dice aquí que es un día para un reposo, lo
que vamos a estudiar más luego, y una verdad que podemos ver en Génesis 2:1-3,
donde dice que Dios acabó de crear y reposó el séptimo día, y lo bendijo y santificó. Entonces, más que
solamente parte de la ley de Dios, este día de reposo tiene su base en el mero
principio, en el ejemplo de Dios en la creación.
Isaías
58:13-14- [(13)
Si por causa del día de reposo apartas tu pie Para no hacer lo que te plazca en
Mi día santo, Y llamas al día de reposo delicia, al día santo del SEÑOR,
honorable, Y lo honras, no siguiendo tus caminos, Ni buscando tu placer, Ni
hablando de tus propios asuntos,
(14) Entonces te deleitarás en el
SEÑOR, Y Yo te haré cabalgar sobre las alturas de la tierra, Y te alimentaré
con la heredad de tu padre Jacob; Porque la boca del SEÑOR ha hablado."]-
aquí podemos ver la importancia de este día ante la vista de Dios- es algo muy
importante para Dios y por eso algo que debemos tomar con mucha seriedad.
Ø Del
Nuevo Testamento
En el Nuevo Testamento hay un cambio- durante el
ministerio de Cristo el día de reposo continuó siendo el sábado, como podemos
ver a través de los evangelios. Pero después, hubo un cambio, y no hay duda de
que la iglesia primitiva celebró el día de reposo los domingos. ¿Por qué leemos en el Nuevo Testamento que
celebró el día de reposo el primer día de la semana, y no el sábado, como fue
antes? Por ejemplo, en Hechos 20:7-12 leemos de un culto de la adoración
pública, y dice en el versículo 7 que fue “el primer día de la semana” cuando
ellos se reunieron. En I Corintios 16:2, un versículo que estudiamos la
semana pasada, el consejo de Pablo para la colección de la ofrenda fue para
hacerla “el primer día de la semana,” y el contexto parece describir el tiempo
de la adoración pública. También tenemos
otros ejemplos en Hechos de la costumbre de la primera iglesia en reunirse el
primer día de la semana, el domingo, en vez del sábado judío. Y en Apocalipsis
1:10 Juan describe este día como el día del Señor- dice “Estaba yo en el Espíritu en el día
del Señor, y oí detrás de mí una gran voz, como sonido de trompeta,” Esta frase se refiere al
día que pertenece a Dios- éste es el significado de la construcción en el
griego- y es el día de reposo que pertenece en una manera especial a Dios. Por eso, nos referimos a este día como el día
del Señor así como el día de reposo.
Entonces, la pregunta es, ¿por qué ocurrió este cambio
de día? ¿Por qué la iglesia primitiva
cambió el día desde el séptimo día hasta el primer día? La verdad es que ellos nunca cambiaron nada, sino solamente siguieron y
obedecieron lo que Cristo mismo estableció a través de Su resurrección y Su
enseñanza y ejemplo. En primer lugar, Cristo resucitó en un domingo- en
todas las narraciones de la resurrección, dice muy claramente que fue el primer
día de la semana- no hay duda de eso. Como Pablo enseña en I Corintios 15, la resurrección de
Cristo es la base de nuestra creencia, y por eso es apropiado recordarla cada
semana como el día de reposo.
Pero no tenemos que depender que lo que pensamos es lo apropiado- Cristo mismo estableció el ejemplo, este principio, por Sus
acciones después de Su resurrección. En TODAS las ocasiones en que se les
manifestó a sus discípulos, luego de su resurrección fue en domingo. Y yo creo,
personalmente, que es muy probable que Jesús les dijera a Sus apóstoles que
debían reunirse el primer día de la semana en vez del séptimo, porque parece
poco probable que ellos hubieran cambiado el día de reunión sin el mandado de
Cristo.
Pero tal vez otra pregunta es, ¿cómo podía alguien,
incluso Cristo, cambiar la ley moral de Dios, el cuarto mandamiento que dice de
acordarse del día de reposo? Esta cita
es una ayuda en este asunto:
“La
Confesión presenta correctamente la premisa básica del cuarto mandamiento- que
una séptima parte del tiempo repartido al hombre debe respetarse como un sábado
o día de reposo (que es el significado de la palabra “sábado”).”
“Debe tenerse
cuidadosamente en cuenta que el cuarto mandamiento no sólo estipula que un día
de siete es del Señor, sino que también se escribe de tal manera para permitir
el cambio del día actual de la semana para la observancia del día de reposo sin
violar el mandamiento mismo. Este
mandamiento no dice que el hombre debe recordar “el día séptimo para
santificarlo,” sino que debe recordar “el día de reposo para
santificarlo.” Enfatizamos esto debido
al error de muchos en insistir que la palabra sábado significa “séptimo.” No significa eso. Esta palabra significa reposo o
cesación. El Señor simplemente nos manda
santificar el día de reposo. Lo que es
más, el cuarto mandamiento no declara que “el séptimo día de la semana es el
día de reposo.” Más bien, declara que
“el séptimo día es el día de reposo.” Es
decir, por el término “el séptimo día” el Señor habla del día que sigue a los
seis días de trabajo, lo que sean estos seis días. Por eso, con este claro lenguaje, el cuarto
mandamiento fue escrito para permitir un cambio del día para la observancia del
día de reposo sin violar de ninguna manera el mandamiento.”
Espero
que el argumento de esta cita sea claro- el punto es que Dios estableció un día
de reposo, y que incluso en el mandamiento hay posibilidad para el cambio que
sucedió debido a la resurrección de Cristo.
Todavía nosotros santificamos un día de reposo, como dice el
mandamiento- y es el séptimo día, en el contexto de que hay seis días de
trabajo antes- aunque es el primer día de la semana. Es decir, todavía estamos obedeciendo el
mandamiento- acuérdate del día de reposo para santificarlo. También estamos obedeciendo la siguiente
parte- “seis días trabajarás, y harás
toda tu obra; más el séptimo día (no de la semana, sino el día después de seis
días de trabajo) es reposo para Jehová tu Dios.” Obedecemos el cuarto mandamiento como los
israelitas en el pasado, solamente en un día diferente de la semana.
Las razones bíblicas de este día
Ø Para
la gloria de Dios
“El propósito del día
de reposo es, ante todo, la manifestación de la gloria de Dios, pero el
mandamiento también es dado por compasión por la humanidad caída.”
En mandar
que guardemos un día cada semana específicamente para Él, Dios recibe la
gloria. Este día que ponemos aparte para
Él es una manifestación de Su gloria.
¿Quién más, excepto que Dios, puede mandar que debemos hacer algo
especial, que debemos descansar de nuestro trabajo, que debemos enfocarnos
completamente en Él? Solamente Dios tiene este tipo de poder y autoridad para
mandar tal cosa.
Ø Como
un memorial
“El día de reposo fue
un día en el cual Dios mandó a Su pueblo a que recordara. Esta palabra, recordar, es una palabra rica
en el vocabulario bíblico. El
mandamiento significa mucho más que ‘no olvides que hoy es el día de
reposo.’ El mandamiento significa mucho
más que una mera anotación mental del hecho que es el día de reposo que viene
cada semana. La verdad es que el
significado es ‘tener un servicio memorial en el día de reposo’… Acordarse del
día de reposo significa observar el día, celebrar los ritos religiosos
apropiados al día.”
Es
decir, para obedecer este mandamiento, no es algo solamente mental, sino algo
que hacemos conscientemente. Cuando dice “acuérdate del día de reposo,” no
significa que en los sábados debemos decir, “entonces, mañana es el domingo,” y
nada más. No, como dice la cita, esto no
es el punto del mandamiento- hay algo que debemos
recordar, sí, pero demostramos que estamos recordándolo y santificándolo por lo
que hacemos, por nuestras acciones, por las actividades del día.
Ø Como
un reposo
“El día del Señor en el Antiguo Testamento no
fue solamente un día memorial, sino también un día de reposo.”
(Éxodo 20:8-10)
Como dice
el cuarto mandamiento, este es un día de reposo, algo que necesitamos como
seres humanos. En la cita arriba, al
final dice que “el mandamiento también es dado por compasión por la humanidad caída.” Es decir, necesitamos el descanso-
es parte de nuestro ser. Otra vez, también tenemos el ejemplo de Dios en la
creación- Él acabó de crear y descansó- por eso, como la cita dice,
“El día de reposo es un memorial de la
creación.”
Dios no nos creó para trabajar cada momento- necesitamos
descanso cada cierto tiempo. Por
supuesto, Dios no necesitó un descanso después de la creación, porque no era
necesario para Él, pero descansó de todos modos. En esta acción vemos un ejemplo para
nosotros, y debemos obedecer este mandamiento en parte para descansar este día cada
semana, para refrescarnos no solamente espiritualmente, sino físicamente
también.
Ø Como
una promesa futura
“El memorial, sin
embargo, no es solamente una celebración del pasado sino una promesa del futuro
también. La consumación de la historia
fue entendida como un reposo (Salmo 95:11).”
El
tema de reposo en las Escrituras es inmenso, y no tenemos el tiempo para
estudiarlo, pero solamente quiero enfatizar este punto- que la eternidad futura va a ser un reposo para siempre. No significa que no vamos a hacer nada,
porque vamos a adorar a Dios constantemente, alabando y cantando a Él. Pero hay la idea de reposo también, reposo de las cosas de
este mundo, reposo con Dios y sin problemas y tentaciones para siempre. Por eso, cuando guardamos el día de reposo
ahora, estamos esperando el reposo futuro y eterno. Debemos pensar en esta verdad y lo que vamos
a experimentar en el futuro para siempre con Dios.
La Forma- ¿cómo?
La Confesión de Westminster
Capítulo 21 Sección 8
8. Este día de reposo
se guarda santo para el Señor cuando los hombres, después de la debida
preparación de su corazón y arreglados con anticipación todos sus asuntos
ordinarios, no solamente guardan un santo descanso durante todo el día, de sus
propias labores, palabras y pensamientos, acerca de sus empleos y diversiones
mundanas,38 sino que también dedican todo el tiempo al ejercicio de la
adoración pública y privada, y en los deberes de caridad y de misericordia.39
38 Éxodo 20:8; 16:23, 25-26, 29-30; 31:15-17; Isaías 58:13; Nehemías
13:15-19, 21-22
39 Isaías 58:13; Mateo 12:1-13
En primer lugar, este es un día santo- que quiere decir,
puesto aparte por Dios. Por eso,
debemos actuar de una manera diferente ese día, no debe ser un día como otro
día. También aquí dice que la debida preparación es
necesaria. La preparación del corazón es
lo más importante, pero debemos anticipar el día también- es decir, debemos
prepararnos antes, incluyendo el día anterior. Esta es la única
sugerencia específica que quiero hacer en cuanto a la forma, que cómo parte de la preparación para este día, debemos tener
cuidado en cuanto a nuestras noches de los sábados. La sugerencia es el no tener el hábito de
hacer cosas que nos cansen los sábados, y para no quedarse levantado hasta
tarde por ninguna razón, porque esto hace muy difícil el levantarse en la
mañana. Estas sugerencias se
basan en diferentes razones- una es los límites naturales de nuestros cuerpos-
por la mayoría de la gente, si hace algo muy cansado, o se queda levantado
hasta muy tarde en la noche, va a estar cansado el próximo día- esto es como funcionan
nuestros cuerpos. Y la segunda razón tiene conexión con la primera- si
realmente creemos, en nuestros corazones, con todo nuestro ser, que el domingo
es un día especial, que debe ser diferente, que vamos a reunirnos con el Dios
del universo, vamos a tomar con seriedad nuestra preparación, y esto incluye la
preparación de la noche anterior.
“Una teología del día
de reposo debe enfatizar lo singular de este día. Solamente cuando entendemos la santidad de
este día empezamos a apreciar la santidad de la adoración cristiana.”
Como
estudiamos en este estudio al principio, adoramos a
Dios personalmente cada día, pero hay algo especial sobre la reunión del cuerpo
de Cristo, la iglesia- es algo que Dios bendice específicamente. Como dice esta cita,
“Debemos entender el
día de reposo y nuestro uso de tiempo en la misma manera que entendemos la
ofrenda y la mayordomía de nuestro dinero.
Para poner aparte una porción de nuestros ingresos para la obra de la
iglesia no es reconocer que parte de nuestras posesiones pertenece a Dios. Más bien, expresa nuestra convicción que todo
lo que tenemos pertenece al Señor. De
todas formas, el señorío absoluto de Dios sobre nuestras posesiones no quita la
obligación de darle una porción específicamente para la obra de Su
iglesia. En una manera similar, aunque
todos nuestros días deben ser usados en servicio a Dios, todavía se nos ordena
a poner aparte un día en siete para adoración y servicio especial.”
A mí
me gusta esta comparación- esto es lo que estudiamos cuando hablamos acerca de
dar a Dios- todo lo que tenemos realmente pertenece a Dios. Una de las razones por la cual debemos dar
nuestras ofrendas a Él para la obra de la iglesia es para recordarnos de esta
verdad. No significa que solamente la
parte que damos a Dios es suya- porque todo pertenece a Él- sino que nuestras
ofrendas son una ayuda a nosotros para recordarnos esta verdad. Es lo mismo con el
día del Señor- cada día es de Dios, y en cada día necesitamos servirle a Él-
pero parte de la razón por el día de reposo es para ayudarnos a enfocarnos en
Él, para aprender de Su Palabra, para adorarle a Él con la iglesia, para pensar
en Él completamente.
Pero no debemos pensar que si asistimos a la iglesia
el domingo y participamos en la adoración podemos vivir en cualquier manera
durante la semana. Esta cita dice
“Señalar el día de
reposo como santo no es licencia para seis días de irreligión. Vivimos toda la vida en la presencia de
Dios.”
Debemos
vivir para la gloria de Dios y con un deseo de servirle a Él cada día- pero
otra vez, hay algo especial los domingos, en la adoración pública y en nuestro
tiempo privado el resto del día.
Pero, para hablar más específicamente de la forma,
¿qué debemos hacer?
“Entonces, ¿cómo
esta idea de un día puesto aparte instruye nuestra actitud hacia la adoración? Una manera de
responder a esta pregunta es deducir que, si el día de reposo es separado y
único, también lo son las actividades de ese día.”
Creo que
aquí es dónde tenemos más problemas- es fácil entender que el tiempo cuando
estamos en el culto es un tiempo santo, puesto aparte para Dios. Otra vez, como enfatizamos al principio de
este estudio, el culto es importante- vital- y no debemos faltar a ello a
excepción de que si es absolutamente necesario, por enfermedad o ausencia de la
ciudad, etc. Pero muchas veces, yo creo,
no pensamos en el resto del día- y como esta cita dijo como una deducción, y yo
creo que es apropiada, “si el día de
reposo es separado y único, también son las actividades de ese día.” Esta idea tiene sentido, porque un día
consiste de las actividades que hacemos durante ese día. Por eso, si hablamos
de un día santificado, pero no hacemos nada diferente ese día, nuestras
palabras son refutadas por nuestras acciones.
La única manera en la cual podemos guardar un día como santo, la única
manera en la cual podemos obedecer el cuarto mandamiento es para santificar las
actividades del día también, para hacer cosas diferentes y enfocadas en Dios en
vez de las actividades normales de la semana. En el Catecismo Menor de Westminster tenemos
algunas sugerencias en cuanto a cómo podemos santificar este día que quiero que
leamos:
Pregunta 60- ¿Cómo
ha de santificarse el día de reposo o del Señor?
Respuesta- Hemos de santificar el día de reposo absteniéndonos en todo este día, aún de aquellos empleos o recreaciones mundanales que son lícitos en los demás días; y ocupando todo el tiempo en los ejercicios públicos y privados del culto de Dios salvo aquella parte que se emplee en hacer obras de necesidad o de misericordia. Lev. 23:3; Isaías 58:13, 14; Mateo 12:11; Marcos 2:27.
Respuesta- Hemos de santificar el día de reposo absteniéndonos en todo este día, aún de aquellos empleos o recreaciones mundanales que son lícitos en los demás días; y ocupando todo el tiempo en los ejercicios públicos y privados del culto de Dios salvo aquella parte que se emplee en hacer obras de necesidad o de misericordia. Lev. 23:3; Isaías 58:13, 14; Mateo 12:11; Marcos 2:27.
La clave
aquí es cuando dice, todo el día- este día de reposo no es solamente el
tiempo en la iglesia, sino todo el día, antes del servicio y después. La razón porque no trabajamos los domingos ni
hacemos otras cosas que hacemos durante la semana no es porque son malas, sino,
otra vez, porque es un día santificado, separado.
Hay algunas otras
sugerencias aquí en esta parte del directorio para el culto público, escrito
por la asamblea de Westminster. Por favor entienden que lo que tenemos aquí en este directorio son
sugerencias, no mandamientos. Es una
ayuda para nosotros en nuestro deseo de acordarnos del día de reposo para
santificarlo. Tal vez algunas
sugerencias aquí van a ser una ayuda, y otras no- no hay problema. Pero no debemos descartar las ideas aquí y no
pensar en ellas solamente porque parecen extrañas, o porque serían difíciles de
hacer, o un cambio en tu vida. Espero
que leas estas sugerencias ahora y después en la semana en una actitud de
oración, pidiendo a Dios lo que Él quiere que hagamos en este día
importante.
Directorio
para el Culto Público de la Asamblea de Westminster
De la
Santificación del Día del Señor
“El día del Señor
debe ser recordado con antelación, de manera que toda ocupación mundanal de
nuestra vocación ordinaria se concluya ordenadamente y sea puesta de lado de
manera oportuna y conveniente, para no ser impedimento para que el día se
santifique dignamente cuando éste llegue.”
“Todo el día debe
ser guardado como santo al Señor, tanto en público como en privado, por ser
éste el reposo cristiano. Para tal fin, es necesario que haya una cesación
santa o descanso todo ese día de labores innecesarias; y abstenerse, no sólo de
todo tipo de deportes y pasatiempos, sino también de toda palabra y pensamiento
mundanos.”
“Que la comida para
ese día se prepare de modo que ni los siervos sean detenidos innecesariamente
de la adoración pública de Dios, ni cualquier otra persona sea impedida de
santificar ese día.”
“Que haya
preparaciones individuales de cada persona y familia, con oración por sí mismos
y por la ayuda de Dios sobre el ministro, y por una bendición sobre su
ministerio; y con otros semejantes ejercicios santos, que puedan inclinarlos a
una más agradable comunión con Dios en sus ordenanzas públicas.”
“Que todo el pueblo
se reúna a tiempo para la adoración pública, para que toda la congregación
pueda estar presente al comienzo y con un corazón solemnemente unido en todas
las partes de la adoración pública, y no irse hasta después de la bendición.”
“Que el tiempo
libre, entre o después de las reuniones solemnes de la congregación en público,
se ocupe en la lectura, en la meditación, en recordar el sermón y especialmente
en llamar a sus familias para dar un relato de lo que han oído y en estudiar el
catecismo, en conversaciones santas, en oración para una bendición sobre las
ordenanzas públicas, en cantar salmos, en visitar a los enfermos, en ayudar a
los pobres y obras semejantes de piedad, caridad y misericordia, considerando
el día de reposo un deleite.”
sábado, 30 de junio de 2018
viernes, 11 de mayo de 2018
Seminario Teologico Multiplicable
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