viernes, 18 de julio de 2025

¿Cuál sería la opinión oficial de la Free Presbyterian Church of North America (FPCNA), en cuanto a si existe algo más importante que la ley y la gracia?

 ¿Cuál sería la opinión oficial de la Free Presbyterian Church of North America (FPCNA), en cuanto a si existe algo más importante que la ley y la gracia?

Para dar una respuesta exhaustiva, debemos analizar sus distintivos teológicos fundamentales: su fundamentalismo, su práctica separatista, su teología reformada y su fervor evangelístico.

La respuesta de la FPCNA sería, en esencia, una corrección contundente a la premisa del pastor de Facebook, aunque estaría de acuerdo con su observación del declive cultural y espiritual.

Aquí se presenta una síntesis de la que sería su posición oficial:

Posición Oficial de la Free Presbyterian Church of North America

Un representante de la FPCNA respondería a la situación con una perspectiva anclada en la militancia bíblica y la separación de la apostasía. La opinión se puede resumir en los siguientes puntos:

1. Nada es Más Importante que la Ley y la Gracia; el Problema es la Apostasía

La FPCNA rechazaría de plano la idea de que pueda existir algo "más importante que la ley y la gracia". Considerarían esta pregunta como un síntoma del mismo problema que causa la demolición de iglesias: un abandono del Evangelio bíblico.

Para la FPCNA, la Ley de Dios es el instrumento divino para convencer al mundo de pecado, justicia y juicio (Romanos 3:20). La Gracia, manifestada en la sangre expiatoria de Cristo, es el único remedio para ese pecado. Predicar la Ley en su rigor y la Gracia en su gloria es la única misión relevante de la Iglesia.

El problema, argumentarían, no es que las iglesias hablen "solamente de la Ley y la Gracia", sino que han dejado de predicar la verdadera Ley y la verdadera Gracia. Han predicado:

       Una ley suavizada que no ofende al pecador.

       Una gracia barata que no requiere arrepentimiento ni santidad.

      Un evangelio centrado en el hombre y en sus necesidades sentidas, en lugar del Evangelio centrado en Dios y Su gloria.

La demolición de 51 iglesias no es una señal de que el mensaje del Evangelio sea irrelevante; es una señal del juicio de Dios sobre una iglesia que ha abandonado su fundamento.

2. La Causa del Declive no es el "Pietismo", sino el Compromiso y el Ecumenismo

Mientras que el pastor de Facebook culpa a un "falso pietismo" por separar lo espiritual de lo secular, la FPCNA identificaría al enemigo con un nombre más duro: apostasía modernista y ecumenismo.

El distintivo central de la FPCNA es el separatismo bíblico. Sostienen que la decadencia no proviene de una iglesia que se retiró del mundo, sino de una iglesia que se hizo amiga del mundo y de las denominaciones apóstatas.

  Al unirse en comunión (directa o indirectamente) con liberales, católicos romanos y carismáticos a través del movimiento ecuménico, la iglesia evangélica perdió su voz profética y su poder espiritual.

  Al abandonar la autoridad infalible de las Escrituras, la iglesia perdió su fundamento.

Desde su perspectiva, el llamado no es a una mayor "implicación cultural" para transformar la sociedad, sino a una mayor separación de la corrupción para mantener un testimonio puro. La batalla espiritual se libra contendiendo ardientemente por "la fe que ha sido una vez dada a los santos" (Judas 3), no buscando relevancia en los términos del mundo.

3. La Solución no es una Nueva Estrategia, sino el Retorno a la Predicación Bíblica

La FPCNA no ofrecería una nueva estrategia para "responder a las preguntas fundamentales de la vida". Argumentaría que la predicación del Evangelio de la Ley y la Gracia ya es la respuesta a la pregunta más fundamental: "¿Qué debo hacer para ser salvo?".

La solución que propondrían es un retorno radical a los "antiguos senderos":

1.  Predicación Ferviente: Una proclamación audaz y sin concesiones del pecado, el infierno, el arrepentimiento, la fe y la justificación solo en Cristo.

2. Militancia y Protesta: Un testimonio "positivo para Cristo y un protestantismo contra el error". Esto significa denunciar públicamente la apostasía en otras iglesias y los pecados de la sociedad.

3.  Santidad Personal: Un llamado a los creyentes a vivir vidas santas y separadas del mundo, lo que constituye el testimonio más poderoso.

4.     La Perspectiva Escatológica

La FPCNA tiene una cláusula de libertad en su doctrina sobre la escatología (permitiendo diferentes puntos de vista mileniales no dispensacionalistas). Sin embargo, su postura fundamentalista y separatista generalmente produce una visión del mundo que espera una creciente apostasía y maldad a medida que se acerca el retorno de Cristo.

Por lo tanto, verían la demolición de iglesias no como una derrota inesperada, sino como una confirmación de las profecías bíblicas sobre la apostasía de los últimos días. Su reacción no sería de sorpresa, sino un llamado a la vigilancia y a redoblar los esfuerzos evangelísticos para "arrebatar a algunos del fuego" antes del juicio final. La misión no es tanto "construir" una cultura gloriosa antes del retorno de Cristo (como en el postmilenialismo optimista), sino rescatar a los perdidos de una cultura que se hunde.

Conclusión para la FPCNA

En resumen, la Free Presbyterian Church of North America concluiría que el pastor de Facebook observa correctamente los síntomas (iglesias demolidas, irrelevancia) pero diagnostica erróneamente la causa y, por lo tanto, la cura.

  La Causa: No es un enfoque excesivo en la Ley y la Gracia, sino el abandono del verdadero Evangelio bíblico por el modernismo, el ecumenismo y el compromiso mundano.

  La Cura: No es buscar algo "más" que la Ley y la Gracia, sino volver a predicar ese mismo Evangelio con fuego, pureza y un espíritu de separación bíblica, contendiendo contra la apostasía y llamando a los pecadores al arrepentimiento, sin importar el costo.

¿Existe algo más importante que la Ley y la Gracia?

 ¿Existe algo más importante que la Ley y la Gracia?

Desde una perspectiva bíblica, reformada y confesional, la respuesta debe ser un rotundo y a la vez matizado no. No existe nada más importante que la Ley y la Gracia, porque en la correcta comprensión y proclamación de estas dos realidades se encuentra el Evangelio mismo y la totalidad del consejo de Dios.

 Permítame desglosar esto en respuesta a las observaciones de un pastor en Facebook.

 1.       El Problema no es la Centralidad de la Ley y la Gracia, sino su Reducción

 El pastor en su publicación tiene razón al identificar un problema, pero creo que su diagnóstico podría afinarse. El problema no es que la iglesia evangélica se haya dedicado a hablar de "la Ley y la Gracia", sino que ha predicado una versión reducida y descontextualizada de ambas.

  • La Ley Reducida: Cuando la Ley de Dios se reduce simplemente a un instrumento para llevar al pecador a la convicción (su segundo uso, o usus theologicus), y se olvida su primer uso (el usus politicus, como freno para la sociedad) y, crucialmente, su tercer uso (el usus normativus, como guía para la vida del creyente), entonces la fe se vuelve abstracta. La Ley de Dios, en su plenitud, nos da el marco para la justicia, la ética, la familia, el arte, el gobierno y toda la vida. Es la sabiduría de Dios para el florecimiento humano. Cuando solo la usamos para decir "eres pecador", pero no para enseñar "así es como se vive para la gloria de Dios", la vaciamos de su poder para hablar a la cultura.
  • La Gracia Reducida: De igual manera, si la Gracia es presentada únicamente como un "boleto para el cielo", un mero escape de la condenación sin un poder transformador para la vida presente, se convierte en lo que Bonhoeffer llamó "gracia barata". La Gracia de Dios en Cristo no solo nos justifica, sino que nos adopta en una familia (la Iglesia), nos santifica por el Espíritu y nos comisiona para ser sal y luz en este mundo. La Gracia no nos saca del mundo, nos envía al mundo con un propósito redentor (Juan 17:15-18).

 Por lo tanto, NO necesitamos algo más allá de la Ley y la Gracia. Necesitamos redescubrir la amplitud, la profundidad y la belleza de la Ley y la Gracia tal como las Escrituras y nuestra herencia confesional (pensemos en la Confesión de Fe de Westminster, capítulos 19 y 20) las presentan.

 2. El Verdadero Centro: La Persona y Obra de Cristo

 En última instancia, la Ley y la Gracia no son conceptos abstractos. Ambas encuentran su significado y su cumplimiento en una Persona: nuestro Señor Jesucristo.

 Él es el cumplimiento perfecto de la Ley (Mateo 5:17).

  • Él es la encarnación de la Gracia y la Verdad (Juan 1:14, 17).

 Quizás el problema es que, al hablar de "Ley y Gracia", hemos separado estas doctrinas de la gloriosa Persona a quien apuntan. La respuesta a las "filosofías y huecas sutilezas" no es un nuevo programa de relevancia cultural, sino una proclamación más robusta y centrada en Cristo. Es Cristo, en Su señorío sobre cada centímetro cuadrado de la creación (como diría Abraham Kuyper), quien da respuesta a las preguntas fundamentales de la vida. Él es el Logos, la Razón y el Sentido del universo (Juan 1:1).

 3. De acuerdo con el Pastor: El Falso Pietismo y la Escatología

 Aquí coincido plenamente con el análisis del pastor.

 El Falso Pietismo: La separación radical entre lo "sagrado" y lo "secular" es un dualismo platónico, no una doctrina bíblica. Ha castrado a la Iglesia, haciéndole creer que su única preocupación es "salvar almas" para la eternidad, mientras cede la educación, la política, las artes y las ciencias al enemigo. Una teología reformada robusta entiende que la Gran Comisión (Mateo 28:18-20) implica discipular a las naciones, enseñándoles a obedecer todo lo que Cristo ha mandado. Esto requiere una cosmovisión integral.

  • La Escatología: El pastor tiene una agudeza notable al conectar esto con la escatología. Una escatología pesimista y escapista (típicamente asociada con el dispensacionalismo premilenialista que ha dominado el evangelicalismo) enseña a la Iglesia a esperar la derrota y a anhelar el "rapto" para huir de un mundo en inevitable decadencia. En contraste, una escatología de victoria (sea amilenial o postmilenial, como ha sido común en la historia presbiteriana) entiende que el Evangelio es el poder de Dios para la salvación y que el Reino de Cristo avanza en la historia a través de la predicación de la Palabra y la obra del Espíritu en Su Iglesia. Esta visión inspira a construir, a crear cultura, a luchar por la justicia y a aplicar la Palabra de Dios a cada área de la vida, sabiendo que nuestro trabajo en el Señor no es en vano (1 Corintios 15:58).

 Conclusión

 Entonces, amado hermano, volviendo a la pregunta: ¿Existe algo más importante que la Ley y la Gracia? No, no hay nada más importante que la Ley y la Gracia. Porque no hay nada más importante que el Evangelio del Reino de nuestro Señor Jesucristo.

 El camino a seguir no es abandonar estos pilares, sino reconstruir sobre ellos una teología más profunda, más amplia y más valiente. La batalla espiritual que el pastor anhela librar se libra precisamente con estas armas:

 Una Ley proclamada en su totalidad, que expone el pecado, guía al creyente y ofrece la sabiduría de Dios para toda la vida y la sociedad.

  1. Una Gracia proclamada en su poder soberano, que no solo perdona, sino que transforma, capacita y nos impulsa a reclamar cada área de la cultura para Cristo.

 Que el Señor nos conceda la astucia y el valor para predicar "todo el consejo de Dios" (Hechos 20:27), demostrando que en el Evangelio de la Ley y la Gracia, centrado en Cristo, se encuentran "todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento" (Colosenses 2:3).

¿Cuál sería la opinión oficial de la Free Presbyterian Church of North America (FPCNA), en cuanto a si existe algo más importante que la ley y la gracia?

  ¿Cuál sería la opinión oficial de la Free Presbyterian Church of North America (FPCNA), en cuanto a si existe algo más importante que la l...